domingo, 15 de septiembre de 2013

Perseguido

Sigue, sigue. No te pares
¡No! No mires atrás, ni adelante.
No importa hacia donde vas, sino de que huyes.
No puedes perder tiempo, corre.

Sigue, sigue. No te pares.
Te caes y te levantas raudo.
Te duele el tobillo, se ha torcido.
Sufre y aguanta. No puedes parar.

Sigue, sigue. No te pares.
No sabes que pasará si te alcanza.
Te aterra la idea
y eso hace que seas más rápido.

Sigue, sigue. No te pares.
La adrenalina fluye.
El sudor cae en los ojos.
No ves donde pisas.

Sigue, sigue. No te pares.
Lo sientes detrás tuya.
Te cuesta respirar.
¡Te va a alcanzar!

No te pares. Sigue, sigue.
Ya está aquí.
¡Está detrás!
Ya eres suyo.

-¡Tú la llevas!- Te dice al tocarte.
Ahora él huye de ti.

Septiembre de 2011

Fernando Santana de la Oliva

Contento y feliz como una lombriz

En un libro leí,
que un poco me hizo reír.
El cual estaba guardado
con un enorme candado.
hablaba de una lombriz
que vivía siendo feliz.
Moviéndose de lado a lado.
que quieta se había quedado,
cuando vio volar a un colibrí
le dijo "hasta allí voy a subir".
Y trepó y trepó sudando
a cada rato descansando,
por un tallo color rubí
cuando había un cielo añil.

El colibrí la miró.
La lombriz lo vio.
Y cuando un rato pasó,
una gallina que observó
la lombriz se comió.

Moraleja

Si eres lombriz y te asomas,
puede que una gallina te coma.

Septiembre de 2011

Fernando Santana de lo Oliva